XXXVIII
R I B A D E O
Al entrar en Ribadeo, disminuya la velocidad a 20 Kms. por hora; así disfrutará de un pueblo encantador, con una personalidad
propia, casi humano.
Pregunte para dirigirse a la Oficina de Turismo,
despacio, paso a paso, para recrearse con el ambiente de un lugar
tranquilo.
(1). Llegará a la Oficina de la Plaza de España, en el Parque y el
Cantón ( con el emblemático edificio Modernista
de los Hermanos Moreno, en restauración)
, el Ayuntamiento ( que fue Banca de Casas y antes gran Palacio de D. Antonio Raimundo Ibáñez, prohombre ribadense, pero nacido en Santa Eulalia de Oscos, impulsor de la industrialización española,
creador entre otras de las Fundiciones y Cerámicas en Sargadelos, y que sería
injusta y
alevosamente asesinado), la
Iglesia parroquial (con
su altar de estilo barroco y los restos de
antiguo claustro) , el
Convento de las Monjas Clarisas, ( donde se podrán adquirir algunos de los
sabrosos dulces almendrados que elaboran),
el busto de El Viejo Pancho (
erigido a la memoria de un ribadense ilustre D.
José María Alonso Trelles, poeta
nacional del Uruguay). Allí mismo, o desde pequeños miradores a derecha e izquierda de la Aduana,
intuirá la belleza de la Ría, que podrá disfrutar mucho mejor desde la terraza del esplendido Parador de
Turismo, situado en las proximidades.

Después de las capillas de S. Roque y de la Virgen del Camino podrá contemplar varios palacetes de indianos, (emigrantes locales que
en los pasados siglos habían logrado hacer fortuna en Hispanoamerica), que de continuar llegara ael Instituto de Segunda Enseñanza.
(3). Volviendo a las Cuatro calles, perpendicularmente, como por
dos amplios brazos , uno hacia un lado nos conducirá a la zona Polideportiva y Campo de futbol, y luego
ya en coche podriamos subir hasta la Ermita de Santa Cruz, para disfrutar de la panorámica de toda la
Ria. Siguiendo, a pocos kilómetros llegariamos hasta El Puente de Arante,
( en donde el día de la Fiesta de las Cruces, se conmemora una victoria sobre los franceses),
junto a la Capilla de nuestra señora de las Virtudes, del Camino
Norte a Compostela ( en la que son dignas
de admiración unas bellas pinturas murales tardo- medievales).

Separado por la Ensenada de la Linera ( donde están los “campos” de cultivo de las famosas ostras del Eo),


Al fondo de la Ría: VEGADEO, pueblo industrial de camino a las minas de hierro de Villaodriz, que gracias a la iniciativa de D. Julio Lazurtegui, potenciaron el desarrollo de la comarca, con sus altos hornos ( en los que se separaba el hiero de valiosos abonos fertilizantes de las escorias Thomas), los trenes, vías y el Cargadero de Ribadeo, parte de cuya construcción se conserva remodelada como Mirador, a
(5) y (6) . Volviendo al oeste, en las inmediaciones
del Instituto de Enseñanza secundaria,
parten dos avenidas, que
como las extremidades inferiores ,
nos llevaría una a la Estación
de Ferrocarril de via estrecha, ( que seguirá paralelo a la costa Cantábrica desde Ferrol hasta mas
allá de Gijon) y la otra pasando por las
inmediaciones de un Area de Centros Comerciales y Supermercados, hasta la sorprendente y bella Playa de las Catedrales, que tan merecido interés despierta a todo visitante; cercana a otras magnificas playas de fina y blanca arena, a lo largo de toda la costa.

inmediaciones de un Area de Centros Comerciales y Supermercados, hasta la sorprendente y bella Playa de las Catedrales, que tan merecido interés despierta a todo visitante; cercana a otras magnificas playas de fina y blanca arena, a lo largo de toda la costa.

Desde allí mismo, camino de Asturias o del resto de España, nos
despediremos de nuestra visita a esta seductora villa, que fue en su día Condado de Ribadeo, desde que D. Rodrigo de Villandrando, su primer conde, en una acto heroico, alcanzó el
privilegio de ser obsequiado con
el traje, que los monarcas de la Nación hubieran vestido el
día de la Epifanía,
y que en la actualidad se conservan en
la casa de Alba, heredera del Condado.
Ahora, que lo hemos conocido, Ribadeo ya no será simplemente un punto en el mapa, sino mucho mas: un pueblo entrañable con una personalidad y vida propia, que disimuladamente se ha escabullido, para estar siempre con nosotros.
----------
JOTAPEDE
No hay comentarios:
Publicar un comentario