domingo, 29 de enero de 2017

XXXVIII.-RIBADEO paso a paso.-




                                 

                                   XXXVIII

                            R I B A D E O 
                                  paso a paso   
                        
     
                                                                                                                      
    Al entrar en Ribadeo, disminuya la velocidad a 20 Kms.  por hora; así disfrutará de un  pueblo encantador, con una personalidad propia, casi humano. 
    Con paciencia busque  por un lugar para aparcar.
    Pregunte para dirigirse a la  Oficina  de Turismo,  despacio, paso a paso,  para recrearse con el ambiente de un lugar tranquilo.   

    Piense que estará  caminando  por una  calle de las cuatro extremidades,   que le llevara hasta  la cabecera del pueblo,  a menos de 1 Km  de distancia.


(1).      Llegará  a la Oficina de la Plaza de España, en el Parque  y  el Cantón ( con el  emblemático edificio Modernista de los Hermanos Moreno,  en restauración) ,  el Ayuntamiento ( que fue Banca de Casas y antes gran Palacio de D. Antonio Raimundo  Ibáñez, prohombre ribadense,  pero nacido en Santa Eulalia de Oscos,  impulsor de la industrialización española, creador entre otras de  las  Fundiciones y Cerámicas en Sargadelos,  y que sería  injusta y
alevosamente  asesinado),  la Iglesia parroquial (con su altar de estilo barroco y los restos de  antiguo claustro) ,  el Convento de las Monjas  Clarisas, ( donde se podrán adquirir algunos de los sabrosos dulces almendrados que elaboran),  el busto de El Viejo Pancho ( erigido a la memoria de un ribadense ilustre D.  José María Alonso Trelles,  poeta nacional del Uruguay). Allí mismo, o desde pequeños  miradores a derecha e izquierda de la Aduana, intuirá la belleza de la Ría,  que  podrá disfrutar mucho mejor desde la  terraza del esplendido Parador de Turismo,  situado en las proximidades.


(2).      Por el Parque caminará hacia  una calle  estrecha, como  una garganta, pasando  por las Cuatro calles,  para  entrar en el  centro y cuerpo urbano   de la villa con  cafeterías, bancos, establecimientos de calidad y  comercios de moda, que  continúan hasta la Plaza del Mercado de Abastos, (donada  por D. Ramón González,  en donde  encontraran los mas variados productos  naturales de la región), continuando por la zona peatonal pasará frente al Teatro (centro de actividades  culturales y artísticas, que queda  como  recuerdo de la que hubiera sido una de las grandes Fabricas de
Hilados y Tejidos que había construido Carlos III). 
   Después de las capillas de S. Roque  y  de la Virgen del Camino  podrá  contemplar  varios palacetes de indianos, (emigrantes locales que 
 en los pasados siglos  habían logrado hacer fortuna en Hispanoamerica), que de continuar   llegara ael Instituto de Segunda Enseñanza.

 (3).    Volviendo a las Cuatro calles,  perpendicularmente,  como por  dos  amplios brazos , uno  hacia un  lado nos conducirá  a la zona Polideportiva  y Campo de futbol,  y luego  ya en coche podriamos subir hasta la Ermita de Santa Cruz,  para disfrutar de la panorámica de toda la Ria.  Siguiendo, a pocos kilómetros llegariamos  hasta El Puente de Arante,
( en  donde el día de la Fiesta de las Cruces,  se conmemora una victoria sobre los franceses),  junto a la  Capilla  de nuestra señora de las Virtudes, del Camino Norte a Compostela ( en la que son dignas de admiración  unas bellas  pinturas murales tardo- medievales).



  (4).       Por el brazo opuesto nos dirigiríamos a la parte mas antigua del pueblo con algunas casas blasonadas,  y luego  bajar,  ( una  parte también en ascensor, desde el mirador de La Atalaya, con magnificas vistas de la Ria, Aduana vieja, Capilla y casa de Guimarán y Torreón almenado de ¿1701? )  hasta un  gran  Puerto deportivo con mas de 500 amarres, Club Náutico y  Restaurantes.  Allí podrá dar un  paseo hasta el  puerto  Comercial de mercancías,  gozando de unas  magnificas vistas de los pueblo Asturianos, comunicados por el moderno Puente de los Santos (desde la  Capilla  de S. Miguel a la de S. Román). 





  Enfrente,  todo es Asturias: FIGUERAS con el Palacio de los Trenor (en restauración para hotel de lujo), dos Palacetes modernistas, (hoy hoteles), y el Astillero Gondán ( gracias a la tenacidad y buen hacer de una familia emprendedora,  en donde  se construyen  gran variedad de magníficos  barcos de diseño, para diversos países, generalmente del norte de  Europa) .

   Separado por la Ensenada de la Linera ( donde están los “campos” de cultivo de las famosas ostras del Eo),
destaca CASTROPOL,  penetrando en la Ria como la proa de un gran  

navío,  con el puente de mando de su gran Casino, situado en el encantador  Parque de Loriente: idílico  (para rememorar  el entrañable romance de 
Maria-Rosa, la Searila  y su apasionado  D. Antonio),  y sobrecogedor (  por  el  majestuoso monumento a la  heroicidad de D. Fernando Villamil, el  ilustre  marino, que eligió sacrificar su vida por España, frente a la ignominia  norteamericana).  

  Al fondo  de la Ría: VEGADEO, pueblo industrial de camino a las minas de hierro  de Villaodriz, que gracias a la iniciativa de D. Julio Lazurtegui, potenciaron el desarrollo de la comarca, con sus altos hornos ( en los  que se separaba el hiero de  valiosos abonos fertilizantes de las escorias Thomas),  los trenes, vías  y el Cargadero de  Ribadeo,  parte  de  cuya construcción se conserva remodelada  como Mirador,  a
mitad de un largo pero  precioso paseo hacia  la entrada de la Ría, pasando por  la Fortaleza de San Damián,  hasta  el faro de la Isla Pancha.

   (5)  y  (6) .      Volviendo al oeste, en las inmediaciones del Instituto de Enseñanza secundaria,  parten  dos avenidas,  que  como las extremidades inferiores ,  nos llevaría una   a la Estación de Ferrocarril  de via estrecha, ( que seguirá paralelo  a la costa Cantábrica desde Ferrol hasta mas allá de Gijon)   y  la otra pasando por las

inmediaciones  de un Area de  Centros  Comerciales y Supermercados, hasta  la sorprendente y bella  Playa de las Catedrales, que  tan merecido interés despierta a todo visitante; cercana a otras  magnificas playas de fina y blanca arena, a lo largo de toda la costa.

   Desde allí mismo, camino de Asturias o del resto de España,  nos  despediremos  de  nuestra visita a esta seductora villa,  que fue en su día Condado de Ribadeo,  desde que D. Rodrigo de Villandrando,  su primer conde,  en una acto heroico,  alcanzó el  privilegio  de ser obsequiado con el  traje,  que los monarcas de la Nación hubieran vestido el día de la Epifanía, y  que en la actualidad se  conservan en  la casa de Alba, heredera del Condado.


 
  Ahora, que lo hemos conocido,  Ribadeo ya no será simplemente un punto en el  mapa, sino mucho mas: un pueblo entrañable  con una personalidad y vida propia,  que disimuladamente se ha escabullido,  para estar siempre con nosotros.
                                    



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                                                                     JOTAPEDE